COVER REVEAL + TEASER. Into the deep, de Samantha Young
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Sinopsis:
Disfruta tu juventud. Vive como si fuera el último día. Ama con todo tu corazón.
Charley Redford era una chica normal hasta que Jake Caplin se mudó a su pequeño pueblo en Indiana y la convenció de que era extraordinaria. Casi desde el primer día, Jake sacó a Charley de las profundidades y le prometió que podía contar con él. Pero cuando un trágico accidente cambia la vida de Jake, él se hunde y deja a Charley detrás.
Casi cuatro años después, Charley cree que lo ha superado. Eso es hasta que se va a estudiar un año a Edimburgo y se topa, nada menos que con Jake Caplin en una fiesta y con su nueva novia. El chico-malo-reformado intenta convencer a Charley para que lo perdone pero cuando su mejor amiga comienza a pasar tiempo con Jake, no le queda más que hacer una tregua y sin querer, retoman su amistad.
A medida que se hacen más cercanos, las chispas entre ellos regresan y empieza a hacer estragos en sus vidas y sus relaciones. Cuando los celos y el deseo juegan con sus mentes, Charley y Jake luchan por definir lo que significan el uno para el otro. Porque aunque lograran arreglar su situación, no hay garantía de que Charley confíe de nuevo en Jake para llevarla a las profundidades.
Fragmento (El original está aquí):
“Olvídalo, Alex”, Lacey se giró hacia mí, sus ojos brillantes a la luz del fuego. “He decidido que Jake Caplin es perfecto para ti”.
“Ah, el misterioso Jake”.
Todo el verano había recibido llamadas emocionadas de mis amigos. Primero me habían dicho que una nueva familia se había mudado a Lanton. Era novedad porque el Sr. Caplin estaba abriendo una oficina de abogados que había convertido a Brackett & Sons, la oficina de abogados que ya existía, en un manojo de nervios. También era novedad porque los Caplins tenían dos hijos, Jacob y Lucas, un estudiante de penúltimo año y uno de primero.
Además, se habían granjeado una reputación a lo largo del verano. O al menos Jake. Había hecho amigos rápidamente, y se movía de grupo a grupo según Lacey. Pasaba el tiempo con los músicos, los ñoños y los chicos duros, pero también se divertía mucho con los deportistas. Y, todavía más importante dijo Lacey, ya se había acostado con varias chicas de penúltimo y último año. Se rumoraba que también se había acostado con Stacy Sullivan la sexy mesera de 19 años que trabajaba en Hub’s, una cafetería popular en Main Street. A pesar de que Jake tenía 16 años y de que fuera legal y todo, Rose dijo que Stacey estaba trabajando duro para que siguiera siendo sólo un rumor. Ella ya tenía su propia reputación y no le gustaba mucho la idea de que la gente pensara que estaba corrompiendo chicos que apenas tenían la edad consensual. Especialmente porque ella había creído que Jack tenía su edad y él no la había contradecido. Todo esto me hacía preguntarme por qué diablos Lacey querría que yo me enredara con él.
“Oh por dios, está aquí”, Lacey respiró como si Batman acabara de llegar a la fiesta.
Giré mi cabeza para seguir la dirección de su mirada y me encontré mirando más allá del fuego a los ojos oscuros de Jake Caplin.
Sentí como su mirada me evaluaba y juro por dios que me quedé sin aliento.
Era hermoso.
No sabía como describirlo de ninguna otra forma. Mientras se movía a través de la multitud, sus ojos fijos en mí y mis amigos susurraban que venía para acá, decidí que no me importaban los rumores. Había algo en la forma en que su cuerpo musculoso y alto se movía, con seguridad y fuerza pero también algo salvaje. Vi su boca curvarse en los extremos en una media sonrisa y leí mil cosas en su expresión. Un millón de historias, un millón de chistes, un millón de sueños…
Muy en el fondo, de alguna forma supe que Jake Caplin nunca jamás me aburriría. Sonaba loco, sabía que así era porque no nos habíamos dicho ni una palabra pero sólo lo supe.
“Así que tú eres la chica misteriosa que estuvo fuera todo el verano”. Se detuvo justo frente a mí, casualmente, sosteniendo una cerveza en la mano. Eché la cabeza hacia atrás para encontrar su mirada, mi cuerpo hormigueando. Se me ocurrió de repente que alguien tan hermoso como Jake debe tener chicas sobre él todo el tiempo. Lo leí en su confianza engreída. Lo leí en la facilidad con la que me habló, una completa extraña, cuando había chicos que había conocido toda mi vida que tartamudeaban cuando intentaban coquetear conmigo.
“Y tú eres el misterioso novato”, respondí con un encogimiento de hombros.
Sonrió y extendió una mano. “Jake”.
Agarrándola tentativamente, lo dejé tomar mi mano e ignoré la tensión en mi vientre cuando nuestra piel se tocó. “Charley”.
“Lo sé. Eres famosa. La Chica Maravilla.” Me dio una sonrisa torcida y les di a mis amigos una mirada. No podía creer que le hubieran contado esa historia.
No, de hecho, podía creerlo.
Hace dos años había salido con Lacey y Rose. Estábamos saliendo de Hub’s cuando oímos a mi hermana Andie gritar. Era tan impropio de ella que nos detuvimos a mirar. Andie era una estudiante de último año en ese entonces y ella y su novio a largo plazo Pete habían estado teniendo problemas. Ese día esos problemas habían empeorado tanto que mi hermana, que era el epítome del decoro público, empezó a gritarle en la plaza del pueblo. Él le había gritado mientras ella se alejaba y Andie se había detenido estúpidamente en la mitad de la calle para girarse y responderle a gritos.
Vi la SUV del Sr Finnegan girando en la esquina y también noté que estaba demasiado ocupado jugando con algo en su tablero para notar a mi hermana. Ni siquiera lo pensé. Sólo pasé la calle y la quité del camino justo a tiempo para que Finnegar se diera cuenta de lo que estaba pasando y frenara. Desafortunadamente lo hizo demasiado tarde y me golpeó. El impacto no fue lo bastante duro para causar un daño severo pero terminé con una contusión, unas cuantas costillas fracturadas y un peroné roto.
Estuve en cama un tiempo. El tiempo suficiente para que el pueblo me tachara de héroe local y todo el mundo, incluyendo a mi hermana, me apodara afectuosamente la Chica Maravilla.
“Odio vivir en un pueblo pequeño”, gruñí, tomando otro trago de mi cerveza.
Jake se rió, un sonido grave y rico que llevó instantáneamente mis ojos de vuelta a los suyos. Mi corazón empezó a acelerarse de nuevo mientras nos mirábamos el uno al otro. “No te preocupes. Si te van a dar un apodo se me ocurren unos peores y definitivamente ninguna razón que sea mejor para tener uno”.
“Vamos a conseguir más cervezas”, anunció Lacey animadamente, y con muy poca sutileza agarró la mano de Rose y la arrastró lejos, dándonos a Jake y a mí privacidad.
Hice una mueca por lo obvias que eran. “Lo siento”.
“No lo sientas”. Jake se acercó un poco. “He esperado mucho conocerte”.
Levanté mi cabeza y sonreí adrede. “Oh, oí que ya has conocido a mucha gente”.
Sus labios se crisparon. “No deberías escuchar los rumores”.
“¿Especialmente cuando son ciertos?”
Se rió, negando con la cabeza. “Sólo estaba siendo amigable. Conociendo el nuevo pueblo. No es fácil mudarse de Chicago a aquí”.
“Puedo imaginarlo”. Fruncí el ceño y me recosté en el poste detrás de mí. “¿Por qué te mudaste?”
Jake exhaló y se encogió de hombros. “Mis padres son de pueblos pequeños. Lo extrañaban pero mi papá era bastante exitoso en Chicago y a mi mamá le gustaba vivir allá. Sin embargo, a mi hermano pequeño, Lukas, lo asaltaron una noche cuando volvía de la escuela y perdió el bus. Le sacaron un cuchillo pero no lo hirieron. De todas formas, mi mamá y mi papá se asustaron tanto que salieron corriendo.”
Asentí pero dije: “Sabes que cosas malas pasan en todas partes”.
“Atracas mucho en Lanton, ¿verdad?”
“Sólo cuando las cosas se ponen aburridas. Me gusta sacudir las cosas un poco”.
Jake echó la cabeza atrás y se rió, sus ojos brillando cálidamente. “¿Con máscara de ski y todo?”
Negué con la cabeza. “Una pañoleta de bandido, una banana y una bolsa de basura negra”.
Se rió. “Déjame adivinar: la banana tiene tres funciones: un ‘arma’, un bocadillo para mantener tu nivel de energía de atracadora alto, y luego la cáscara resbalosa es una excelente herramienta para tu huida.”
Abrí mis ojos con sorpresa burlona. “Tío, lo tienes. ¿Quieres ser un bandido conmigo?”
No pretendía que sonara tan coqueto pero así sonó.
La mirada de Jake se hizo todavía más cálida e inclinó su cabeza un poco para murmurar: “Definitivamente”.