Gremio de Cazadores 00: Angel’s Pawn, Nalini Singh. Extracto en español.
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Angel’s Pawn es un relato corto publicado impreso por primera vez en marzo del 2012 dentro de la antología “Angel’s flight”. Hace parte de la famosa saga “Gremio de Cazadores” y narra la historia de Ashwin, una cazadora del gremio que se ve obligada a pedir la ayuda no-del-todo-desinteresada de Janvier, el único vampiro que no puede resistir.
EXTRACTO – Capítulo 1
“Qué sorpresa, querida”, dijo Janvier en su acento perezoso, con una mano apoyada en la perilla de su apartamento en Luisiana. “Hasta donde sé, ya no tengo ningún ojo vigilante sobre mí.”
“No soy una asesina” cruzando los brazos, Ashwini se apoyó en la pared opuesta a la puerta –adormilado y medio vestido, Janvier era deliciosamente sexy-. Era también un vampiro de doscientos cuarenta y cinco años capaz de arrancarle la garganta con un mínimo esfuerzo. “A pesar de que eso puede ser útil contigo”.
Una lenta sonrisa se apoderó de esa cara un poco demasiado larga, demasiado melancólica para ser verdadera belleza. Y sin embargo… Janvier era el hombre que toda mujer voltearía a mirar en un bar. A la vista, su atractivo era una mezcla de musgo pantanoso, toda la luz solar y sombras reflejadas sobre el verde.
“Me hieres. Pensé que éramos amigos ¿non?”
“Non” ella levantó una ceja “¿vas a dejarme entrar?”.
Janvier se encogió de hombros, y los músculos de su pecho ondularon con una fuerza que la mayoría de la gente no se imaginaría por la forma en la que se movía, pura gracia líquida y encanto. Pero Ashwini sabía exactamente qué tan rápido y duro era –lo había cazado tres veces en los últimos dos años y él la había llevado en una danza alegre las tres veces-.
“Eso depende” dijo él, haciendo un examen pausado de su cuerpo “¿has venido aquí para golpearme otra vez?”
“Ojos arriba”
Vio risa en sus ojos malvados mientras sus miradas se encontraban.
“No eres nada divertida, encanto.”
Sólo con Janvier ella tenía su lado práctico. Todo el mundo pensaba que estaba muy encima de la línea de la locura.
“Esta fue una mala idea” Volviendo sobre sus talones, sacudió una mano hacia él. “¡Nos vemos la próxima vez que enfades a un ángel!” En el curso normal de las cosas, el gremio existía para recuperar a aquellos vampiros que incumplieron sus contratos -de servir a los ángeles por un centenar de años a cambio de la inmortalidad- pero Janvier era un caso aparte. “Trata de no hacerlo esta semana. Estoy ocupada”
La mano de Janvier se cerró sobre la parte posterior de su cuello, un toque de calidez extrañamente suave.
“No seas así. Entra. Te haré café de la manera en la que debe hacerse”.
Ella debió haberse alejado, debió haber ido tan lejos como fuera humanamente posible, pero Janvier tenía una manera de meterse bajo su piel. Ashwini vaciló una fracción de segundo demasiado larga, y el calor de él se infiltró en ella, un algo brillante que desafió el hielo de su inmortalidad. “Sin tocar”. Fue una orden tanto para sí misma como para él.
Un apretón de dedos. “Tú eres la que siempre está tratando de poner sus manos sobre mí.”
“Y uno de estos días, no bailarás lo suficientemente rápido para escapar”. Javier tenía la molesta costumbre de enojar a los ángeles lo suficiente como para terminar en la lista de búsqueda del Gremio de Cazadores. Pero esa no era la peor parte –justo cuando Ashwini casi lo tenía, cuando ella podía oler el collar en su cuello, él de alguna manera se arreglaría con quien quiera que fuese que había ofendido. La última vez, ella casi había roto el principio himon.
Una brocha de risa, su pulgar barriendo a lo largo de su piel en una caricia lánguida. “Deberías darme las gracias”, dijo Janvier. “Gracias a mí, tienes garantizado un sano sueldo al menos dos veces al año.”
“Tengo garantizado ese sueldo porque soy buena”, dijo ella, torciendo su agarre para poder encararlo. “¿Estás listo para hablar?”
Él quitó su brazo. “Entra en mi guarida, cazadora del gremio.”