RESEÑA: Besos de murciélago, de Silvia Herás
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Sinopsis:
James, un chico de la alta sociedad inglesa, va a pasar las vacaciones de Navidad con los Graham, una familia de clase media americana. Kesley será la encargada de hacerle de anfitriona, pero la verdad es que no lo tendrá nada fácil: la personalidad excéntrica y sofisticada de James se desvelará muy pronto.Acostumbrado a un tipo de vida propio de las élites, no aprueba ni a los amigos, ni al hermano rasta, ni la comida, ni la forma de vestir de Kesley. James extiende periódicos para sentarse en el autobús, compra los alimentos más caros y exclusivos del supermercado, pide taxis cada día y humilla a Kelsey con sus comentarios impertinentes.
A pesar de las continuas peleas, de las ironías fuera de tono del inglés y de los cortes exasperados de Kelsey, la convivencia les forzará a establecer pactos y, poco a poco, el abismo que hay entre ellos se irá estrechando hasta que una noche, con unas copas de más y ante la sorpresa de Kelsey, James la besará con la excusa del muérdago navideño.
Mi opinión:
Para ser justa tengo que decir, primero que todo, que yo ya sabía a que me enfrentaba cuando empecé a leer este libro (había leído una reseña en un blog) y aun así gasté una tarde entera en él. Como diría Taylor Swift… the blame is on me. No sé ni por dónde empezar. La trama no es muy original pero a simple vista no parece haber nada mal con ella. De hecho, Hervás pudo haberle sacado mucho jugo a dos protagonistas tan diferentes y pudo, también, haber destilado todo ese sarcasmo y animosidad de una forma más natural. El resultado hubiera sido más fluido y entretenido. Pero no lo fue.
Pega #1: locación. La historia tiene lugar en una ciudad de los Estados Unidos, ciudad que nunca se menciona y que tiene más bien poca pinta americana. Pega #2: Además de eso, parece poco creíble que dos personas puedan odiarse con tanta rapidez y luego enamorarse perdidamente en cuatro semanas, sobre todo teniendo en cuenta la obvia incompatibilidad de sus personalidades (?)
“—¿No te da asco? —preguntó ella.
—Un poquito. —Él le sonrió—. Pero después de mis propios mocos, los tuyos son los que menos asco me dan del mundo.”
*Eww. Sin comentarios. Pensándolo bien creo que mejor dejaré de ennumerar las pegas de ahora en adelante.*
Y lo peor de todo es que pude haber pasado su estilo forzado y trama cliché si no hubiese sido por un pequeñísimo detalle que me molestó desde el inicio y que fue, en última instancia, lo que me hizo coger el libro. Pude haber hecho caso omiso de la eternidad que pareció tomar terminar una historia que debería ser ligera bajo el pretexto de las pocas sonrisas que me sacó. Pero no puedo. ¿Y saben por qué? Porque tuve todo el tiempo la incómoda sensación de estar re-leyendo una mala versión de otra historia muy parecida que habla sobre otro rubio de ojos grises que se ve obligado a pasar las navidades en casa de la chica (otra chica, claro) que más odia. Dicha historia fue publicada como fan-fic hace más de cuatro años e incluye también la siguiente frase, textual Búsquenlo con comillas para ver la evidencia:
He llegado a la conclusión de que soy muy -ehm- quisquillosa, pero acaso ¿soy la única a la que le parece… sospechoso? Además de a Holofernes, me refiero Bah, probablemente. Supongo que, de todas formas, con o sin similitudes, “Besos de murciélago” es una historia demasiado simple para mi gusto y ni los cuantos apuntes graciosos que subrayé la salvan de esa solitaria estrellita roja que le puse en Goodreads.
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Después de este libro me di cuenta de que necesito una imagen que diga -10 estrellas. Con urgencia. |
Pd: No necesito explicar después de esta laarga reseña por qué no les dejo un link de descarga, ¿verdad? *silencio reflexivo* Eso pensé.