RESEÑA. Frigid #1: Frigid, de J. Lynn (+18)
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Terminé Frigid hace ya un par de días y después de ponerle dos estrellas y pensarlo decidí que sí hay bastante que decir -aunque no lo parezca-. Veamos: Sydney, una chica tímida e insegura está profundamente enamorada de su amigo de infancia, Kyler, que además de ser un tipazo (porque esto es new-adult, por supuesto que no podría ser un tipo… no sé… ¿real?) que estudia en su misma universidad, es un mujeriego, y
obviamente, no tiene ni idea de lo que ella siente.
Eso cambia cuando se van a un viaje a un resort de ski y hay una tormenta que los deja atorados, juntos, solos, sin nada que les dé calorcito en la mitad de la nada. Todo muy predecible, ¿no? Bueno, para ponerle un poco de picante a la cosa, J Lynn le agrega a la típica mezcla new-adult algo de misterio. Hay alguien que los acecha y que no parece detenerse ante nada. Alguien que, se los juro, no podrían adivinar ni aunque sus vidas dependieran de ello. (¿Captaron el sarcasmo? Sí, eso pensé. Sigamos).
Pasan muchas cosas -algunas no aptas para menores de edad- y voilà, se descubre el pastel y ya se imaginarán el drama. No me extenderé en esta parte para no darles spoilers a los que quieren leer el libro. Conclusión: resulta que Kyler no es tan indiferente como Syd pensaba, y Syd no está tan fuera del alcance de Kyler. Pero, por supuesto, no pueden sencillamente decirlo y actuar como si tuvieran los 21 años que tienen, sino que se ponen a darle largas, lágrimas y celos al asunto. Resultado: gran parte del libro se la pasan en un tira y afloja que no resulta ni siquiera entretenido. ¿Pruebas? Bueno, yo soy lo que se podría llamar una ‘turista textual’. ¿Han visto a esas personas que cuando se van de viaje le toman fotos a un chicle en el suelo, a una mota en la pared y a cualquier otra cosa que les parezca fascinante? Bueno, yo soy de esas. Y cuando leo soy igual: subrayo prácticamente cualquiera frase: sea graciosa, empalagosa, mean, ingeniosa o sencillamente patética.
Frigid… Frigid tuvo sobre todo de esta última categoría. Y, para colmo de males, de acuerdo con mi Kindle subrayé nueve frases. N-u-e-v-e. ¡Sólo nueve! Y más de la mitad de esas las subrayé pensando en recolectar evidencia para mostrarles lo patética que es Sydney. Ejemplos:
“I think I saw my life flash before my eyes. It was pretty lame.”
Sí, es una de esas ‘heroínas’ con baja autoestima, torpes y que se pueden pasar su vida entera detrás de un tipo que no tiene problemas con acostarse con cualquier cosa que tenga **. Bueno, casi. Es una de esas mujeres que puede pedirle a un tipo que las ‘folle’ (omitan este párrafo si son menores de edad, por favor) si eso es lo único que pueden conseguir. Y lo que más me molestó es que ¡ella lo sabe! Ella sabe lo patética que es y aun así, sigue lloriqueando y haciendo todas esas cosas de chicas mimadas que odio tanto.
“That’s not what I wanted, but I would’ve accepted that. I wasn’t sure what that said about me-that I could love someone so much I’d accept whatever scrap they tossed my way.”
Y todavía más estúpido: Kyler le corresponde. (Esto no es un spoiler. A que ya lo sospechaban). Are you kidding me, Lynn? Seriously? Después de llevar toda la vida restregándole en la cara mujeres y más mujeres, de dejarla plantada y demás, resulta que siempre la ha amado.
“I would’ve given her more if she had wanted that. I would’ve given her everything if she had asked.”
Y, por supuesto, ella lo perdona. Porque, después de todo…
“If you are in love with him, and not forgiving him hurts more than forgiving does, Syd, and he wants to make it up to you, you’d be a fool to walk away.”
Yeaaaa right. Pero eso no fue lo peor. No. La verdad es que puede que este exagerando. Un poquito. La escritura no es mala y si bien la trama es cliché, la relación entre ellos no es taaan insípida y aunque no me agradan los personajes de Kyler y Syd están bien… ¿desarrollados? El libro resultaría entretenido si no fuera el millonésimo libro de estos que he leído. Pero lo es. ¿Es que ya no hay más temas en los géneros new-adult y young-adult? ¿En serio? Este libro fue la gota que colmó el vaso para mí. Porque no bastó con que fuera la copia de la copia de la copia, sino que fue obra de J Lynn. ¡J Lynn! Todavía no lo supero. ¿Qué pasó con la arrogancia de Seth, con la fortaleza de Katy, con la perfección de Aiden, con la dulzura de Dee?
En resumen, en medio de tanto drama injustificado, baja autoestima y sexo sin razón, mi experiencia de lectura fue como la dijo la misma Sydney:
“I tried getting into the book, but I found myself reading the same paragraph two or three times and still no having idea what I was reading.”
Sólo que al final sí supe de qué iba todo eso. Y deseé no saberlo.
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Si todavía quieren leerlo, pueden conseguirlo aquí. |