TEASER. A Little Too Far #1: A Little Too Far, de Lisa Desrochers (+18)
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Respiro hondo y me pongo de pie, caminando lentamente al confesionario abierto. Dudo en la puerta pero luego me recuerdo a mí misma que esto es Italia… donde hablan italiano. Puedo confesar mis peores pecados y el padre probablemente no entenderá ni una palabra. Entro y cierro la puerta, y luego me arrodillo en frente la gruesa cortina roja que separa al santo del pecador.
“Nel nome del Padre, e del Figlio, e dello Spirito Santo. Amen,” dice una profunda voz de lija desde el otro lado de la cortina.
Me hago la cruz mientras el padre reza la Señal de la Cruz, luego inclino mi cabeza y cierro mis ojos.
“Perdóname, Padre, porque he pecado. Me acuso de los siguientes pecados. Yo… he usado el nombre del Señor en vano al menos… oh, Dios…” ¡Mierda! Mis manos vuelan a mi rostro. “Justo así… Sólo no lo pienso y luego sale de mi boca. Lo he hecho miles de veces. Quizás un millón. Ya van dos veces sólo desde que entré a esta iglesia.” Niego con la cabeza para mí misma. “Soy terrible. Pero eso no es lo peor. Les he robado a mis amigos. Había una bufanda que le compré a Sam por su cumpleaños que decidí quedarme… así que supongo que realmente no fue robar pero se sintió así, y estaban las sandalias que Katie me prestó y que nunca devolví… incluso las traje a Italia conmigo. E insulté a mi madrastra cuando no me dejó salir con mi novio hasta que limpié el baño, pero sabía que él tenía una cosa romántica preparada para nuestro tercer aniversario y estaba bastante segura de que ibamos a tener sexo… lo que también tengo que confesar, supongo… Tuve mucho sexo con mi novio antes de que se convirtiera en un idiota -perdón por mi francés… o inglés[1], supongo- pero eso fue hace casi un año… cuando todavía tenía novio… y, qué más… Más o menos hice trampa en un examen de historia el semestre pasado porque Drake Mulhollan dejó su libro abierto donde podía verlo, y en los finales le deseé la muerte a mi compañera de habitación cuando tenía sexo con su novio todo el maldito día y no podía entrar a coger mis libros… no murió, por cierto… Me refiero a que mi deseo no se hizo realidad ni nada de eso, pero lo deseé, lo que estoy segura que es un pecado. Y luego hubo una vez en la que le mentí a papá sobre la abolladura del carro… y la bolsita que encontró en mi maleta que no era realmente orégano.. lo que… oh, verdad, también estuvo lo del tarro pero es fue sólo una fase, así que… ” Me quedo callada, reconociendo el hecho de que sigo balbuceando para evitar la verdadera razón por la que estoy aquí. Respiro hondo y me limpio las palmas sudorosas en mis jeans. “Y robé la camiseta de mi hermanastro…” trago saliva, “después de que tuvimos sexo,” digo bruscamente, y luego estoy corriendo cuesta abajo otra vez, las palabras saliendo de mi boca antes de que siquiera las piense. “Y fue realmente increíble. Es todo en lo que pienso, que quiero volverlo a hacer, y Dios… ¡mierda! ¿Ve? Sencillamente no puedo dejar de decir oh Dios. Pero mi hermanastro es tan…” Gruño con frustración y agarro mechones de mi pelo. “…Alucinante. Es malditamente increíble, perdone mi francés[2]… Nunca he sentido las cosas que él me hace sentir, usted sabe… y Dios, creo que quizás…” Tiro de mi pelo mientras niego con la cabeza frenéticamente. “No lo sé. Fue sólo sexo, ¿no? O sea… aunque me haya hecho sentir así, fue sólo…” Entierro mi cabeza en mis manos. “Es mi hermanastro. ¿Por qué no puedo dejar de quererlo?”
“Esa es una pregunta que tendrás que responder por ti misma,” dice la voz desde el otro lado de la cortina.
“¡Oh dios!”
“Esa sería la vez número un billón y siete, según mis cuentas. Espero que hayas traído tu rosario a Italia junto con las sandalias de tu amiga.”
“¡Habla inglés!”
“Así es, hija. ¿Hay algo más que sientas la necesidad de confesar?”
“Diablos, ¡no!”